Periodista.
Miguel Crispi Serrano, sociólogo, diputado de Revolución Democrática por el apetecido distrito 12 de la Región Metropolitana, que comprende las comunas de La Florida, La Pintana, Pirque, Puente Alto y San José de Maipo, lleva ya dos rounds con el alcalde UDI de La Florida, cuyos inspectores municipales ,lo han multado dos veces por repartir volantes a sus electores. La última, hace pocos días.
El joven parlamentario es parte de las Comisiones de Salud y de Ciencia y Tecnología de la Cámara, temas que estudia en profundidad y respaldado por una batería de argumentos de calibre pesado, asegura que la crisis en el sistema de salud público raya en lo inmoral “por el trato inhumano con las personas que se atienden por Fonasa”, como también califica de inmoral el abuso de las Isapres con sus beneficiarios. Y respecto a la reforma de salud, opina que “con esta reforma vamos a terminar profundizando y fortaleciendo el sector privado de salud”, y advierte que “el gobierno está desaprovechando la oportunidad, y alejándose de la responsabilidad que tiene de colaborar para resolver este problema público que tenemos en Chile”.
Le pareció “muy relevante que haya sido rechazada la idea de legislar” en el proyecto de pensiones. “Pero me parece muy difícil que se mantenga esa mayoría en la sala”, aunque opina que si se aprobara “sería una victoria pírrica para el gobierno, porque con esa mayoría es imposible sostener un proceso de reformas”. En ese sentido se pregunta qué entiende el gobierno por diálogo político. “Porque si construyera diálogo político para avanzar en las reformas de salud, tributaria, de pensiones, laboral habría otro panorama en el país. Pero en ninguna de estas agendas ha conseguido mayoría y sólo se ha dedicado a cabildeos para conseguir un voto por aquí y otro por allá. Entonces eso hace que sus resultados sean muy débiles”.
No son sus únicos temas.
Claramente más maduro que cuando recién llegó al Parlamento, hoy no esconde su satisfacción y esperanzas en el proceso de discusión en las bases en que está sumido el Frente Amplio. “Un proceso -cuenta- donde participan las distintas vertientes del Frente amplio. Es bueno saber en qué estamos de acuerdo y en qué no lo estamos”. Y pone como ejemplo de lo que necesitan, lo que ocurrió cuando asumieron en el Parlamento. “Tuvimos muchos problemas respecto a política internacional, si hubiésemos tenido una doctrina, una base ideológica clara, nos hubiéramos evitado muchos problemas que pueden ser discrepancias menores, pero que terminan exponiéndonos ante la opinión pública”.
Cree que pese a estar divididos en su coalición, “me parece que hay una mayoría de la bancada que ha logrado su objetivo, que es presionar por la coordinación de la oposición, que no es la oposición en todo el país, pero sí en el Parlamento. Estamos luchando porque haya una oposición que tenga mayoría y que esa mayoría se mantenga” y destaca, en ese sentido, lo que ocurrió con Admisión Justa y con Pensiones, fruto de grandes y ricas discusiones y debates.
Futuro de alianza incierto
Cree que “lo que viene ahora -pero está más lejos- son las elecciones municipales y no creo que el Frente Amplio construya una alianza nacional, porque no está el horno para bollos. Yo creo que eso es lo más lejano”.
La posibilidad de una alianza del Frente Amplio con toda la oposición para enfrentar los comicios del próximo año, “es una discusión que no se ha dado aún. A nivel orgánico la base nacional no ha tenido esa discusión. Yo creo que en eso nosotros estamos en deuda”.
Sin embargo, opina que “a nivel municipal es muy difícil; a nivel de concejales no es necesario, y respecto a gobernadores regionales creo que sí debemos tener una discusión y ponernos de acuerdo para no entregarle el país a la derecha. La derecha necesita el 40 por ciento de los votos para ganar el país y los tiene”.
Dice que no haya un pacto nacional a nivel de municipios “no implica que no haya una conversación para ir despejando ciertos lugares. Pienso en Recoleta, en Valparaíso, en otras comunas o como en mi distrito 12 donde el alcalde Carter tiene una administración nefasta. Tenemos que ponernos de acuerdo en cómo va a ir la oposición. Hay una cierta tendencia a que haya un pacto nacional, pero no es posible en esta pasada”.
¿Por qué no es posible?
“Yo creo que es muy difícil hacer un pacto. Creo que también las contrapartes lo hacen más difícil. Todos tenemos responsabilidades, pero en la oposición nadie ha dicho: vamos a hacer el esfuerzo. El propio Elizalde lo ha anunciado, en el sentido de hacer lo que mandató el Pleno, es decir una oposición desde la Democracia Cristiana hasta el Frente Amplio. Pero, en términos prácticos, el liderazgo para construir eso hoy no está disponible”.
El diputado frenteamplista dice que le llamó mucho la atención la entrevista del parlamentario socialista Manuel Monsalves “donde dice que una oposición coherente sería sin la Democracia Cristiana. La declaración de Manuel, que es jefe de bancada, donde se explicita que el PS está disponible para poner en cuestión su política de alianza más fundamental desde el retorno de la democracia en adelante, en el sentido de que la única posibilidad de gobierno es con la DC, es relevante. No significa que la respuesta sea evidente, pero antes eso no estaba disponible. La política de Camilo Escalona es que, a rajatabla, esto debe ser con la DC.”
Crispi entonces señala que la pregunta que al final siempre se hacen es si ¿se puede hacer gobierno con la DC, hacer una coalición con la DC? Indica que esas contradicciones aumentan estando en el Parlamento, no decrecen. “Quizá la conversación pueda partir por otro lado y mirar los programas más allá de evaluar disposiciones y gustos, y entonces se verá que el PS, el PC, el FA tienen confluencia programática”.
