Periodista.
Sorprende la pasión y el conocimiento de la realidad de las empresas de menor tamaño que tiene Gianina Figueroa, Secretaria General de Unapyme, uno de los gremios más importantes del abatido sector. Son aproximadamente un millón 300 mil estas empresas pequeñas, que sumando y restando, le dan trabajo a cerca del 60 por ciento de los trabajadores del país. Se trata de negocios que tienen hasta 25 mil UF anuales. Generalmente son empresas familiares como restaurantes, hoteles, pequeñas fábricas, feriantes, negocios de barrio, botillerías, pequeñas tiendas, es decir, el comercio detallista. Hoy o agonizan o sencillamente ya murieron.
Por eso es que Gianina Figueroa – acostumbrada a luchar por las mujeres en su rol de Fundadora de la Corporación de Mujeres Líderes para Chile y por su gremio, tanto en Unapyme como en el Instituto IPEES, centro de pensamiento de la pequeña empresa y la economía social-, afirma que a su juicio la cuenta pública del Presidente Piñera en lo referido a su sector fue “desilusionante, un poco mezquina, con falta de visión”. Esperaban otra cosa. Porque lo prometido hasta ahora, no soluciona los graves problemas que enfrentan las empresas de menor tamaño.
Calculan en su gremio que aproximadamente 300 mil empresas ya no van a poder abrir sus puertas, con todo lo que ello significa para las familias. Pueden ser más, porque “las empresas de menor tamaño no quiebran, cierran sus cortinas y la información tarda para poder procesarla. No se acogen a la ley de quiebra. Solamente cierran sus cortinas, A veces abren, hasta que ya no se puede más, sea porque la política sanitaria lo impide o porque sencillamente ya no tienen ingresos para levantarse.
-¿Qué opina de la cuenta pública el Presidente Piñera en relación a su sector?
-La cuenta del Presidente refleja básicamente la poca conexión que tiene con un sector tan relevante para la economía del país como las empresas de menor tamaño. No decir nada acerca de cómo va a reactivar nuestras empresas, cómo va a abrir espacios para que ellas vuelvan a ponerse de pie. No dijo nada. Es un anuncio que responde a lo que nosotros estamos acostumbrados a ver durante este gobierno a partir de la pandemia y antes de ella, que es sólo cómo favorecer a las grandes empresas. Esa es la visión que ha tenido este gobierno.
Fue una cuenta desilusionante, un poco mezquina, con falta de visión de desconcentrar el país. Esta es una gran oportunidad que tenemos de plantear un nuevo modelo de desarrollo, pero el presidente no ha estado a la altura de eso.
-¿Cuál es el mayor problema de las Pymes hoy?
-El mayor problema es que no tienen ingresos. No tienen para poder pagar operaciones que, además, son inciertas, porque el plan Paso a Paso avanza y retrocede. Mientras no haya una certeza sanitaria en el país, las empresas de menor tamaño seguirán muy debilitadas. Las grandes empresas tienen el 90 por ciento del mercado. Las compras públicas se concentraron en pandemia mientras las empresas más pequeñas tuvieron que cerrar por ley. Nosotros estamos en un mercado altamente concentrado, son muy pocos los espacios que tenemos, y, además, no tenemos grandes capitales para poder soportar un año, 8 o nueve meses de cierre.
Hoy día el problema es gravísimo. Por ejemplo, en el pago de los trabajadores que se acogieron al seguro de cesantía, porque eso tenía que pagarlo el empleador. Hay tremendos problemas con el pago de patentes municipales y toda la relación que las empresas tienen en las comunas, patentes comerciales, patentes de alcoholes, patentes publicitarias. Todo eso está absolutamente en deuda y el gobierno no ha querido abrirse, por ejemplo, a apoyar a las municipalidades en el pago de esas patentes, cosa que hemos solicitado desde el año pasado.
Otro problema importante que tienen las empresas de menor tamaño son los convenios que tienen con las empresas de luz y de agua. Son convenios y entonces han tenido que seguir cancelando aun cuando estén cerrados. Tenemos serios problemas también con Tesorería. Hay muchas empresas en situación de embargo. Claro, los tribunales no están ejecutando todavía, pero sí están haciendo mucha presión mediante cobranzas, llamados, etc.
-Entre las medidas anunciadas por el gobierno, se supone que hay alivios tributarios. ¿Eso es así?
-Eso no existe. En el proyecto viene solamente un bono de un millón de pesos que tiene requisitos, como haber tenido determinada venta o haber contratado un trabajador el 2020. Con eso quedan afuera una cantidad importante de empresas unipersonales. También las empresas del rubro artístico, las del mundo de la cultura, que el 2020 estuvo sin entradas de ningún tipo. Respecto a la devolución de los Iva, equivalente al año 2019, van a devolver hasta 3 Ivas, con un tope de hasta 2 millones de pesos. Entonces, a lo más podrían aspirar a tres millones de pesos, los que podrían entrar en su caja, siempre y cuando no tengan deudas, porque se les va a descontar. Eso está llegando solamente a cerca de 300 mil empresas. No van a calificar todas para esta ayuda, es demasiado focalizada.
-¿Qué es concretamente lo que les está pidiendo el gobierno para ayudarlos?
-Aparte de tener un trabajador contratado, haber tenido dos meses de ingresos de ventas. Con eso, queda todo un mundo fuera.
-Ese más de un millón de pequeñas empresas ¿está organizado?
-Hay varias asociaciones gremiales importantes en el país. Una de ellas es Unapyme. No todas las empresas tienen conciencia de lo importante que es estar asociado a una organización. Tiene que ver con el modelo económico existente y la forma de nuestra cultura organizacional. Nosotros, desde Unapyme, hacemos mucho trabajo voluntario para crear esa conciencia. Hay que creer en la importancia de las empresas de menor tamaño en el crecimiento y desarrollo del país. Nos gustaría tener mucha más asociatividad. Evidentemente estamos transitando en un cambio de paradigma en el país. La asociación obligatoria nosotros la tuvimos en los años 70. Había que elegir a cuál organización social tu te adscribías. Una de las fortalezas de las democracias desarrolladas son justamente las organizaciones. Cuando uno se organiza, puede sentarse a la mesa a negociar con las autoridades de igual a igual, con el peso de los asociados a los que representa.
-¿Cuál es la solución de ustedes para esta etapa de la crisis?
-Una de las cosas más importante cuando uno está en crisis, es tener autoridades empáticas que sean capaces de decir la verdad respecto a lo que está sucediendo, cosa que no hemos tenido, por ejemplo, en el tema sanitario.
Hay errores que se han cometido. A mi me ha tocado estar en todas las incidencias parlamentarias por el proyecto de reactivación desde abril del año pasado hasta hoy. Todo lo que anticipamos que iba a suceder terminó sucediendo. Ha sido un diálogo muy de sordos con la autoridad. Cuando hay empatía, uno ve que hay un esfuerzo real, un Estado que te quiere proteger. Hemos gastado muy poco, no hemos tocado los fondos soberanos, por ejemplo, y esta crisis la hemos paleado básicamente con el 10 por ciento y con el seguro de cesantía de los trabajadores. Ese es el gran resumen que se puede hacer. Los esfuerzos fiscales han sido menores, han sido mal focalizados, la gente tiene la imagen de que no les llega la ayuda, porque efectivamente no llega.
Para las empresas de menor tamaño lo único que ha habido es un crédito fallido, como el Fogape, que fue un fracaso. Metieron a la gran empresa y eso significó que el 50 por ciento de los créditos otorgados en el Fogape 1, el 50 por ciento de los fondos entregados, se fue al 3 por ciento de las empresas con ventas de hasta un millón de UF, cosa que nosotros advertimos en el Parlamento. Pero bueno…
Obviamente, cuando tú tienes una empresa que factura un millón de UF anuales, los bancos no tienen mayor problema en conceder un crédito, más si es con el aval del Estado.
Con este gobierno, por primera vez en la historia ocurre que un crédito con aval del Estado se desvirtúa de esta manera, porque siempre fue para las empresas de menor tamaño. Porque eran el apoyo necesario para el Estado, para crear más empleos. Las empresas de menor tamaño son las que más dan empleo en el país. Al crear estos mecanismos de fomento productivo, lo que hacen los gobiernos es apostar a empleos muchos más dignos, mayor bienestar para la gente. Es un bien para el país. En este gobierno no ocurrió.
-¿Han sentido apoyo de la oposición?
-Lo hemos sentido en distintas partes de este proceso. Cuando fue el Fogape, en el proyecto de reactivación económica. Pero, hay varias oposiciones y algunas de ellas finalmente legislaron con el gobierno. Uno de los temores que nosotros percibimos en los parlamentarios era que la gente no fuera a pensar que no querían colaborar. Pero nosotros entendemos que la ciudadanía es inteligente y va a entender. Cuando un parlamento le cierra la puerta a una indicación o un proyecto del gobierno, es porque efectivamente no reúne los requisitos para el bien común. Es un requisito que debe tener un proyecto de ley sobre una política pública. Entonces yo, como oposición me pongo firme y digo “no señores, esto no va a ir a las grandes empresas, no señores esto va a ir a las empresas de menor tamaño. Va a cuidar que Tesorería flexibilice sus criterios y darle más plazo a las empresas que estén con deudas, ahí nosotros entendemos que hay una voluntad. La oposición ha estado dividida, para nuestra desgracia.
-¿Cree que vendrá la solución? Hasta la derecha les promete ayuda.
-La Pyme está en boca de todos y en manos de nadie. Esa es la verdad. Y el mundo nuestro lo entienden muy poco. Ni los parlamentarios ni los ministros se relacionan con las empresas de menor tamaño. Ellos se relacionan con las grandes empresas. Los grandes capitales son más cercanos a las autoridades de nuestro país desgraciadamente. En cambio, miran a nuestras empresas de pasada, no se le da el valor que tiene la generación de empleo que dan estas empresas de menor tamaño.
Cuando uno se mete en esta lucha gremial, uno tiene un objetivo. Y ese es el modelo. Un modelo concentrador, que segrega, que no reparte de buena forma. Tiene que ver con las injusticias que se han cometido en democracia con las empresas de menor tamaño. El problema es el modelo, que se crea en dictadura y se potencia en democracia. Nosotros teníamos el 30 por ciento del mercado en los años 90. Hoy día estamos llegando al 10 por ciento.
Las Pymes dan, con los trabajadores por cuenta propia, el 60 por ciento del empleo en el país y somos un millón 300 mil, versus 14 mil empresas de mayor tamaño que dan entre el 40 o el 45 por ciento del empleo, con el 90 por ciento del mercado. Ese es el corazón de la desigualdad.
-¿La Convención Constitucional no le da esperanzas?
-La Convención me da esperanzas. Estamos observando. Por cierto, vamos a colaborar lo que más podamos con los convencionales. Pero esto tiene que ver también con reeducarnos o educar a un mundo que no sabemos si entiende lo que significa la economía. Estamos en conversaciones con varios de ellos y ellas para poder colaborarles. Una de las cosas más importantes para las democracias es el bienestar de las personas y eso se consigue con derechos esenciales para la vida: salud, vivienda, educación, etc. Esos derechos se financian, pero ¿cómo hacerlo? ¿cómo repartir mejor la riqueza?¿cómo dirigir mejor un Estado desde el punto de vista económico?, no todo el mundo lo entiende. El rol nuestro es poder colaborar en eso, mostrar distintos modelos económicos que tienen que ver con el bien común.
