Periodista.
Al margen del nuevo balde de agua fría que recibió el Gobierno con el pobre imacec de julio, al punto que llevó al ministro de Hacienda a pedir rezos para impedir que las esquirlas de la pretendida guerra entre los dos colosos del mundo deterioren aún más la alicaída economía del país, continúa la escondida batalla en la derecha por ser el elegido del Gobierno para sucederlo en las elecciones de dos años más, aunque La Moneda busca contener que no se desate la carrera presidencial. Piñera insistió varias veces en su llamado a no adelantar este tema, durante sendas entrevistas en los matinales y otros medios.
Pero, la realidad es más fuerte. Las cifras de la encuesta Criteria de julio no sólo revelaron que aumentó la evaluación negativa sobre la situación personal de la ciudadanía y el rumbo del país, sino que, además, el Mandatario no logra dar vuelta la cifra de desaprobación que llegó al 64 por ciento. Lo peor es la agudización del juicio crítico de la gente en torno a la economía del país, supuestamente el gran activo de Piñera y cuyas promesas de más empleo, de mayor crecimiento y de mayor bienestar que el gobierno anterior, están muy lejos de cumplirse. En las expectativas de la situación económica personal, que hace algunos meses era el pilar y, supuestamente, la fortaleza para la aprobación del Presidente, solo un 26 por ciento dice que mejorará y un 16 por ciento cree que empeorará. Nada de eso sirve para las contiendas futuras: municipales y de gobernadores por ahora.
El Ministro de Hacienda, Felipe Larraín, busca y busca explicaciones a su mala gestión. Antes de pedir los “rezos”, atribuyó el aumento de desempleo a la inmigración. Todo indica que ese es hasta ahora, el caballito de batalla de la administración para justificar sus malas cifras, desviar la atención de las alzas y del mal momento económico que están enfrentando. Al respecto, se conoció que el desempleo en el Gran Santiago alcanzó un 8,4% en junio , superando el promedio de la última década. Y el ministro de Hacienda, Felipe Larraín, de nuevo con sus justificaciones: “En el contexto de que han entrado casi un millón de migrantes en los últimos cuatro años a Chile, es un tema, y esto habla de la importancia del crecimiento económico y que podamos recuperarnos en el segundo semestre, que será mucho mejor que el primero”, afirmó, haciendo asegurar lo mismo a su jefe.
Se suma a la baja aprobación lo que está ocurriendo con la migración, y que ha despertado brotes de xenofobia y racismo que está en pleno desarrollo. Tanto que hasta incluso unos curiosos “nacionalistas” se atrevieron a llamar a una marcha contra los migrantes. Pero, aunque el Gobierno ha instalado el vínculo migración, delitos y seguridad, lo cierto es que los datos no dan para reforzar tan peregrina idea. Hasta el año pasado, Gendarmería registraba que casi un 6 por ciento de personas extranjeras estaba recluida en cárceles del país, de una población penal cercana a las 50 mil personas. Asimismo, las estadísticas de la Defensoría Penal Pública –que asesora jurídicamente a más del 90 por ciento de los imputados por crímenes o simples delitos en el país– muestran que, a 2017, solo el 2,5 por ciento de los imputados atendidos fueron extranjeros y, hasta agosto de 2018, esa cifra alcanzaba un 3 por ciento.
Las desesperadas maniobras de la administración Piñera y de su coalición por recuperar algunos puntos en el favoritismo de la ciudadanía, está provocando una seguidilla de anuncios, a sabiendas que ninguno de ellos aliviará la actual situación económica de una gran mayoría de la población, limitándose sólo a ser voladores de luces en la noche negra que los está envolviendo, -hospital zona norte para el 2025 y nuevos tramos del metro, entre otros-. Y mientras tanto, la oposición continúa tratando de encontrar finalmente su destino. Lo concreto hasta ahora, es que se sigue en busca de liderazgos políticos relevantes, y aún no se ve la luz.
¿En qué está la oposición?
“Al Gobierno le ayuda mucho que no haya oposición”, explicó el director ejecutivo de Criteria, Cristián Valdivieso. Y planteó un negro futuro para este sector: “No hay expectativa ni sospecha de que la oposición se vaya a ordenar y articular en torno a un liderazgo que haga sentido y genere confianza ciudadana. Esta es una carrera, aparentemente, corrida para Chile Vamos”.
Esa podría ser una de las explicaciones al puesto de avanzada que está teniendo el alcalde de Las Condes en las encuestas.
Otra de las explicaciones que han surgido por esta suerte de paralización de liderazgos opositores es que la figura de Michelle Bachelet no se ha esfumado y, por el contrario, sigue apareciendo en muy buenos lugares en las encuestas. Sin embargo, más importante que presionar por una aventura de esa naturaleza en la centroizquierda, está la palabra de la propia ex Mandataria. Es un no rotundo. Y así lo explicitó, vía la directora ejecutiva de su fundación Horizonte Ciudadano, Valentina Quiroga: «Creo que hoy en nuestro sector debiésemos estar más bien fomentando liderazgos nuevos», dijo al ser consultada por la constante aparición de la ex Presidenta en distintas encuestas como la principal figura de la centroizquierda. Junto con recalcar que la ex Mandataria no regresará a Chile para emprender una nueva carrera presidencial a La Moneda, la ex subsecretaria de Educación subrayó que en el bloque existen varios liderazgos, pero advirtió que «hay que fomentarlos y aunar esfuerzos para que podamos seguir empujando los cambios que el país requiere».
Así las cosas, hasta ahora todos los intentos por acercarse, por negociar, por concretar acuerdos entre los diferentes partidos de la oposición, no han llegado a puerto. Intentos han existido, pero todos fallidos. Para muestra un botón: fue lo que ocurrió con el acuerdo al que intentaron arribar en materia previsional. Algo parecido ocurrió con la aprobación de la idea de legislar la reforma tributaria.
La llamada Convergencia Progresista, constituida por los partidos Socialista, PPD y Radical y creada en octubre del 2018, no logra salir de su letargo de recién nacida. Se activó este año fundamentalmente para lograr acuerdos en materia legislativa, buscando siempre incorporar a la Democracia Cristiana a una postura común. Aunque todos los equipos técnicos -incluyendo los de la DC- concordaron los pasos a seguir y los principales puntos para aprobar la idea de legislar la reforma a las pensiones que le harían al gobierno, la falange nuevamente se apresuró en negociar directamente con el gobierno, dejando dichos acuerdos en nada. Se han dado distintas explicaciones para este fenómeno de descoordinación -que la DC se adelantó, que se arrepintieron, que algunos no quisieron salir negociando con el Gobierno, o que simplemente el convenio nunca existió- pero, la explicación que tiene más peso es que el diputado Silber no cumplió con los tiempos concordados con el resto de las fuerzas opositoras de la Convergencia. Un fenómeno político que al parecer llegó para quedarse y que anticipa el futuro de acuerdos, pactos o alianzas para enfrentar los desafíos electorales en la oposición.
Una convergencia socialdemócrata
Si bien este espacio de coordinación opositora ha vivido meses complejos, al parecer se han redoblado los esfuerzos por revivirlo. Atrás están quedando finalmente las consecuencias de la dolorosa derrota electoral vivida en las últimas elecciones presidenciales. Hoy se habla de que los tres partidos tienen fuertes coincidencias sobre un proyecto político de futuro y de que hay voluntad de acuerdo. De hecho, según diversas fuentes, se está evaluando si mantienen o no el nombre bajo el cual se constituyeron. Todo, con la idea de revitalizar la alianza.
El jefe de la bancada de diputados socialistas, Manuel Monsalve, afirma que “tal vez, una de las falencias que esta alianza ha tenido es que se entregó la voluntad política, pero no se le dio contenido». Ricardo Celis, jefe de la bancada PPD asegura que ya hay pilares que levantarán juntos, para así «representar mejor a los chilenos».
Otro elemento que retrasó el trabajo unitario de estas tres fuerzas fue el problema que enfrentó el Partido Socialista luego de sus elecciones de autoridades y que dejó heridos en el camino. Pero, todos concuerdan hoy que llegó la hora de la convergencia, por lo cual se han iniciado reuniones formales entre las colectividades.
La reforma previsional fue el primer paso para generar acuerdos, con los malos resultados ya dichos. Reconocen que tienen plena coincidencia respecto al camino a seguir y aseguran que esta convergencia no será una alianza cerrada, dejando abierta las puertas para llegar a acuerdos con otras fuerzas políticas. Otro punto de coincidencias fundamentales es el tema laboral. Lucharán en conjunto por la reducción de la jornada laboral y el término de las discriminaciones salariales a la mujer. Monsalve ha señalado que el objetivo es construir acuerdos en torno a un plan que «permita darles más derechos a los trabajadores» y termine con los abusos.
Lo concreto es que la idea de legislar la reforma de pensiones fue aprobada, esta vez con el voto socialista. Según explicó el ministro Monckeberg en la sesión, unas nuevas indicaciones -que serían ingresadas en la Comisión de Hacienda- detallarán cómo el ahora Consejo Administrador de los Seguros Sociales (CASS), entidad que administrará el 4 por ciento de cotización adicional y los seguros sociales, realizará las inversiones y profundizará el aspecto solidario del sistema a través de nuevos seguros. Además, la autoridad dijo que también se corregirá la fuente de financiamiento del CASS para que sea exclusivamente de cargo fiscal y no como señala la última indicación del Ejecutivo, de cargo de los fondos constituidos por las cotizaciones adicionales.
Así, y pese a los reclamos de las AFPs y de parlamentarios de derecha, el gobierno logró cambiar la postura que algunos diputados opositores habían manifestado: anunciando que votarían en bloque en contra de la propuesta.Desde el Gobierno valoraron el apoyo de la DC y del PS, pues como dijo el Ministro de Hacienda, Felipe Larraín, «se ha aprobado un punto fundamental de la propuesta que ha hecho el Ejecutivo».
Otros avances unitarios
Se reunieron a fines del mes pasado los 24 senadores de la oposición, incluyendo a la DC y al Frente Amplio. Por más de dos horas debatieron en la sala de sesiones de la Cámara Alta, en una reunión impulsada por la mesa de la Cámara Alta, cuyo objetivo era articular posiciones en torno a las reformas del gobierno y trazar un camino a la unidad de la centroizquierda.
Hubo autocríticas fuertes y debate franco. Algunas fuentes señalaron que el tono de las intervenciones de los parlamentarios fue de crítica a sus propios partidos por no poder lograr la unidad del sector y por no aprovechar el momento político que vive el gobierno del Presidente Sebastián Piñera para rearticular un bloque opositor. Se lamentan de que, por esa falta de unidad, no han logrado capitalizar la baja en la aprobación del Ejecutivo en las encuestas. Trascendió que uno de los primeros en tomar la palabra fue el jefe de comité del PS, Carlos Montes, quien habría manifestado que, debido a que como oposición “no sabemos lo que somos”, la ciudadanía tampoco logra comprenderlo. El resto de las intervenciones fueronsimilarares.
Trascendió, además, que varios senadoreshabrían remarcado la idea de que “ya es hora” y que se “está acabando el tiempo” para lograr ciertos mínimos comunes. Volvieron a reafirmar el documento donde los parlamentarios opositores fijaron una postura común ante las reformas tributaria y previsional, temas que se discutieron ampliamente dentro del cónclave. El senador Quintana habría propuesto la creación de grupos de trabajo en estos temas y, sin nombrar al presidente de la DC, FuadChahín, criticó que algunos partidos del sector busquen negociar solos con el gobierno. Afirmaron que la única forma de poder “tocar” el núcleo de las reformas es si la oposición logra actuar como bloque.“Les vamos a hacer el llamado y señalamiento a los distintos partidos y a los diputados, porque entendemos que este es el tiempo de la unidad. El nivel de sintonía en las ideas que hemos percibido en la jornada de hoy supera las expectativas”, afirmó Quintana tras la cita.
El encuentro de todos los senadores que se transformó en un incipiente espacio de unidad desde la derrota en las presidenciales, fue catalogado como un mensaje directo a la mesa de la DC, partido que, hasta ahora, sigue conversando directamente con el gobierno. Esa es la estrategia aplicada por el jefe del partido de la flecha roja y que tiene detractores internos, particularmente en el Senado,donde se instaló un contrapeso real no solo al Gobierno de Sebastián Piñera, sino,además, a la estrategia de la directiva de la falange, liderada por FuadChahín y sus negociaciones paralelas con La Moneda.
¿Hacia la derecha o hacia la izquierda?
Quiénes están detrás de la estrategia que apuesta a diferenciarse del resto de la centroizquierda son viejos líderes que se resisten a perder poder, como ha ocurrido hasta ahora. Se sabe que allí están Genaro Arriagada –a quien apuntan como el más influyente– y también Andrés Zaldívar, Belisario Velasco, el abogado Ramón Briones y el exministro René Cortázar, además de Jaime Ravinet. La idea es alejarse totalmente de la marca “Nueva Mayoría”, ser el puente con el Gobierno desde la oposición, aparecer como un partido influyente a la hora de las negociaciones y estar presente todo lo que se pueda en la prensa. Es lo que está haciendo la vieja guardia DC y que asesora a Chaín.
Es cuestión de seguir las declaraciones que hace y sigue haciendo Genaro Arriagada. Ha dicho que la DC “es el único partido que está haciendo política” y que “para captar electorado de centro es necesario abandonar la idea de una unidad plena”.Para el analista de esa colectividad Mauricio Morales, si bien la DC aparece públicamente con el rótulo de oposición constructiva, en la práctica dinamitó a toda la centroizquierda”, al comentar la “jugada estratégica” por la que apostó la tienda al votar a favor de la idea de legislar el proyecto de Modernización Tributaria del Ejecutivo.
De esta manera, dice el académico de la Universidad de Talca, la DC comienza a desligarse cómodamente de sus socios políticos programáticos para encabezar la formación de una fuerza política de centro en medio de la zozobra de los dispersos partidos de la oposición. Detrás de esta estrategia está la búsqueda de
“un perfilamiento público como una oposición que es capaz de construir puentes y no de colocar barricadas a los proyectos del Gobierno, lo que conlleva a que se transforme en un interlocutor entre el Ejecutivo y el Congreso; la falange se abre espacio para que otros partidos de centro puedan sumarse a una nueva coalición dirigida por ella. “Es mejor ser cabeza de ratón que cola de león, por lo tanto, si es que decide, como ya lo ha anunciado, no seguir pactando con la izquierda, eso abre espacio para que la DC piense en la configuración de un nuevo centro político para Chile”, donde –acotó Morales- podría incluir al Partido Radical y a Ciudadanos. Y de paso, dinamita a la oposición “que era algo que se veía venir, toda vez que la misma DC descartó hacer cualquier clase de pacto político programático con el Partido Comunista, y lo mismo aplica para el Frente Amplio.
“Hubiese sido muy mal visto por la opinión pública si la DC se sigue plegando al PC o al FA, porque para para ella no es negocio avanzar hacia la izquierda. En la izquierda hay una sobreoferta de partidos. Por ende, y dado que esta colectividad jamás va a cautivar a electores de izquierda, lo más razonable es que avance hacia electores de centro donde está el grueso de la población”, precisó el experto.
Consultado sobre un eventual pacto o alianza con Renovación Nacional, el académico opina que hoy “no lo veo posible, porque implicaría dinamitar a la propia Democracia Cristiana. Si bien para Renovación Nacional el sueño erótico es juntarse con ella y hacer una gran coalición de centro, todavía no hay espacio político para esto”.Mauricio Morales acotó que por ahora la tienda “podría formar una coalición de centro con el Partido Radical, Ciudadanos y ex demócratas cristianos que abandonaron el partido, precisamente porque estaba ligado al PC y tenían miedo de que también se ligara al Frente Amplio. Por ende, esta reconstitución del centro es el gran desafío que tiene hoy la DC”.
Sin embargo, para Morales “el camino propio no es opción. Los resultados de las legislativas 2017 son prueba de que ese camino es un profundo error. La DC sacó más votos que el PS, pero el PS obtuvo más diputados, es necesario pensar en una nueva coalición de centro, comenzando por el PRSD, PPD y Ciudadanos (…). Si el PDC está decidido a formar esa nueva coalición, entonces al menos debe explicitar los partidos con los que no quiere formar alianzas”.
Lo que está claro es que hoy no hay posibilidad ninguna de armar un referente opositor que pueda hacerle frente a la derecha. El vicepresidente del PPD, Francisco Vidal, dice que “Chahín tiene un problema de diagnóstico de la realidad política. La Concertación en su versión original no es viable”. Opina que surgió una “fuerza potente”, que debe ser incorporada para que la centroizquierda triunfe en las elecciones de 2020 y 2021.Y, el senador y presidente del PS, Álvaro Elizalde, manifestó que el PS acordó unánimemente (…) trabajar por la unidad de todas las fuerzas progresistas, sin exclusiones. Por tanto, vamos a seguir promoviendo la más amplia unidad”. Y respecto del futuro inmediato, Elizalde dijo que “el gobierno de Sebastián Piñera ya no cumplió con lo que prometió en campaña y no está en condiciones de dar respuestas. Ante eso tenemos que generar una alternativa y eso no solo consiste en tener una buena candidata o candidato, consiste en tener unidad y un programa de gobierno. Por eso tenemos que promover el debate programático y ver cuáles son las transformaciones que vamos a impulsar en un eventual futuro gobierno”, sostuvo.
Desde el PR, su presidente, Carlos Maldonado, disintió de Elizalde respecto a las futuras alianzas: “el camino del futuro debe construirse sobre estos cuatro partidos”, pues “el PC está en otra vertiente ideológica”.
Y en el otro lado…
Justo cuando se supo de los acercamientos que tuvieron la DC y el PS con el gobierno por la reforma previsional, y los llamados que ha hecho el presidente de la falange, FuadChahín, para generar entendimientos entre los partidos de la ex Concertación, dejando fuera de estas conversaciones al PC y el Frente Amplio, los partidos Comunista, Progresista y Regionalista armaron su coalición Unidad Por el cambio.
El presidente del PC, Guillermo Teillier, aseguró que “la Concertación está obsoleta”, y que “por sí misma no es la mayoría ni la correlación de fuerzas que el país requiere para llevar a adelante cambios profundos”.“No tenemos problemas de conversar con la DC, son ellos los que tienen problema de conversar con nosotros”, añadió.
Por su parte el diputado comunista Daniel Núñez señaló que“el rearme de la Concertación es un giro a la derecha, que conlleva el retorno a la política de los consensos. Se desecha la construcción de una alternativa al neoliberalismo y se reniega de las reformas que impulsó Bachelet. Se pavimenta el camino a La Moneda a (José Antonio) Kast o (Joaquín) Lavín”.
Para el Frente Amplio, en tanto, las próximas elecciones municipales son clave para su futuro político. Los comicios pondrán a prueba si el conglomerado puede disputar la hegemonía de la oposición y si la ciudadanía los reconoce como un bloque con capacidad para gobernar.Pretenden que sea el primer salto para consolidarse como el principal bloque opositor y pavimentar el camino con horizonte en La Moneda. La actual situación de la ex Nueva Mayoría y la fragmentación de la centroizquierda hacen que los dirigentes del Frente Amplio analicen este escenario. De hecho, según el diputado Pablo Vidal (RD), las elecciones que vienen son “muy importantes porque se juega el poder decirle a Chile que somos la única alternativa posible a la propuesta de Chile Vamos”.
