Ingeniero en Gestión Deportiva
No cabe duda que la crisis sanitaria, producto del COVID-19 tiene un impacto sobre la práctica deportiva. Hemos visto cómo los jóvenes han cesado o, al menos, transformado severamente su práctica de educación física en los colegios, así como la cancelación de eventos deportivos y la restricción de la actividad física en gimnasios e inclusive al aire libre.
Si hay algo que nos ha demostrado el confinamiento, es la importancia que tiene la actividad física para mantener una vida saludable, el equilibrio físico, intelectual y emocional. Hoy, tenemos la oportunidad para ampliar las definiciones tradicionales y subsidiarias que se le ha asignado al deporte, para ponerlo en el centro de la discusión de la reconstrucción social y económica del país. Hoy tenemos la oportunidad para lograr la interlocución del deporte con actores públicos y privados, colocar al deporte en un lugar central de las estrategias de contención de la crisis, así como en la reactivación del país.
Lo anterior es fundamental para nuestro país, donde el 86% de la población es sedentaria y sufre una serie de efectos negativos en su salud por esta causa. A lo anterior se le suman los efectos que tiene la pandemia sobre la salud mental de la población, ítem donde Chile está entre los primeros lugares, tanto a nivel regional como mundial en trastornos depresivos, consumo de fármacos y uso de licencias médicas. Basta recordar que los menores de seis años en Chile son los que tienen la peor salud mental del mundo, por lo tanto, es un tema transversal e intergeneracional que debe ser abordado de manera integral por el Estado y no con políticas aisladas que no dialogan entre sí.
No cabe duda que uno de los efectos de la pandemia ha sido la creciente pérdida de espacios de socialización y de prácticas deportivas, afectando principalmente a mujeres, adultos mayores y a personas en situación de discapacidad. En atención al problema en general y de la población más vulnerable en particular, se desprende la urgencia de colocar al deporte colocarlo en el centro de la consideración pública y en la agenda política.
Emparejar la cancha
La propuesta del presupuesto de la nación para 2021, señala que para el deporte se propone la suma de $ 153.794.754.000 lo que representa aparentemente un aumento de 6,8% en relación al año anterior, pero es un aumento engañoso si consideramos que esta cifra contempla el Fondo de Emergencia del Gobierno, destinado para proyectos de infraestructura. Restado ese fondo, el monto disminuye a $ 145.150.868.000, lo que se traduce en un incremento real de solo el 0,8%. Sin duda, una cifra que me atrevo a calificar como insuficiente, más aún, tomando en cuenta la relevancia que tiene y tendrá el deporte para el futuro del país en un escenario post pandemia.
A este presupuesto global subyace la grave inequidad existente en los fondos para el desarrollo del deporte en las comunas, donde la desigualdad sigue golpeando cada práctica deportiva.
En ese sentido, un criterio por el que hemos trabajado desde las comunas más vulnerables como El Bosque, es la distribución equitativa de los ingresos municipales de acuerdo con las diferentes necesidades y realidades territoriales. Esto implica que, en aquellas comunas más vulnerables, que cuentan con más déficit en el acceso a servicios o equipamiento, puedan contar con mayores ingresos per cápita respecto de comunas con mayores ingresos. Emparejar la cancha es fundamental para que el desarrollo del deporte no siga siendo refractario de las políticas económicas que hasta hoy imperan en los gobiernos locales.
