Inicio Opinión El Nuevo Gobierno Será Perturbado

El Nuevo Gobierno Será Perturbado

Crédito foto: Instagram @gabrielboric.

0

 

¿Por qué será perturbado?

Durante la campaña electoral, en el fragor de la lucha, surgieron voces y dichos preocupantes desde la ultra derecha. Amenazantes. No solo eso, sino que hubo y hay aseveraciones en el sentido de que las propuestas programáticas de Boric son del todo inaceptables y debían ser resistidas no solo con el voto.

El nuevo gobierno deberá enfrentar una oposición que dispone de una gran experiencia respecto de soslayar normativas, crear escenarios desestructurantes, capacidad para torcer el espíritu de las leyes en debate y luego las formas de su aplicación una vez promulgadas, centros de pensamiento destinados a proveer ideas y análisis para la preservación de sus privilegios, personeros empresariales dispuestos a torcer el curso de las lógicas de mercado, dinero a raudales para sobornar integridades diversas, empresas destinadas a la medición de opinión pública y luego desinformar con sus resultados, Fuerzas de Orden y Seguridad así como Fuerzas Armadas que llevan dentro de sí nocivos gérmenes que periódicamente salen a la luz, ya sea como importantes apropiaciones de fondos públicos por parte de los altos mandos así como vínculos con organizaciones delictuales. Se han conocido muy abiertamente orgánicas internas destinadas a la administración de estas prácticas impunemente. Increíblemente, por casualidad o por errores incomprensibles, se han conocido hechos que se han extendido por años.

La derecha también se defenderá

Construir la estructura orgánica que gobernará Chile es de una alta prioridad. Es imperativo entregar señales de que dicha tarea se desarrolla como dijo el Presidente electo “sin prisa pero sin pausas”. Eso confiere tranquilidad y confianza a la ciudadanía que eligió a Gabriel Boric.

Las prisas provienen de diversas líneas de estructuración para asegurar el control y la puesta en desarrollo de las reformas contenidas en el programa de gobierno. Esas prisas deben ser simétricas respecto de los temas que aseguren que ahora no se trata de “tiempos mejores”, sino de decisiones gubernamentales serias. Hacer ver que, respecto de ellas, hay plena conciencia y una decisión inquebrantable de implementación en plazos razonables y efectivos.

En ese escenario, es conveniente también asegurar con medidas específicas y concretas, que esas decisiones y voluntades van a ser defendidas, que existe plena conciencia de que el avance propuesto no deberá ni podrá ser frenado o perturbado.

Un amplio dispositivo de recursos aceitado durante años, que le permite a esta derecha defender sus intereses, violentar las normas y desvirtuar la efectividad de los organismos de control, superintendencias, municipalidades, contralorías y torcer la voluntad de los funcionarios que defienden los intereses de la ciudadanía por medio del correcto funcionamiento de los diversos órganos, será empleado.

El nuevo gobierno será desestabilizado. ¿Quién lo defenderá?

Además, esta derecha dispone de experiencia en llevar adelante procesos de desestabilización y, obviamente, los actores adecuados para ello. Y eso hará. Está obligada a desacreditar esta opción renovada de gobierno que ha tenido un amplio respaldo ciudadano. Por lo tanto la amenaza, para ellos, es dura y la perciben como letal para sus intereses, la mantención del poder y la protección del dinero. Y actuarán. Sibilinamente al principio y si es necesario, desembozadamente después.

Conocen el impacto de la comunicación, el manejo de los rumores cuya expansión ahora por medio de las redes sociales es de una alta efectividad, el poder del dinero, la obstrucción parlamentaria, el reclutamiento de colaboradores y el fanatismo de algunos sectores dispuestos a hacer lo suyo.

¿Cómo se sabrá qué harán, cuándo y dónde? ¿Quiénes son los promotores de estas acciones? ¿Quién realizará las apreciaciones necesarias y oportunas para neutralizar? ¿Las policías que han demostrado ser capaces de mentir en el cumplimiento de misiones de inteligencia ligadas con asuntos de máxima importancia como es la paz en la Araucanía? ¿Pedirle a las Fuerzas Armadas que actúen en el campo interno, lo que les está vedado, aportando inteligencia política y luchando contra la corrupción?

Claro que no.

Así como la velocidad es imperativa para el despliegue de la gobernanza en plazos breves, asimismo es imperativo generar, fortalecer, crear una capacidad que provea inteligencia confiable, apreciaciones sintonizadas con los requerimientos del gobierno, que apoye el despliegue del programa en el ámbito estratégico, capaz de hacer una correcta aplicación de las metodologías para la obtención de conocimiento verdaderamente útil, anticipar los escollos y trucos que encontrarán en su camino.

Este escenario complejo que vendrá desde la derecha, también tendrá sus expresiones desde la extrema izquierda, desde sectores maximalistas en donde la expresión de voluntad es suficiente para alcanzar objetivos sociales y políticos. Deben sumarse además los sectores anarquistas y aquellos que confían en la violencia como forma de acción política, para quienes los ritmos del desarrollo programático no son suficientes y presionarán no solo respecto de la velocidad sino también sobre la profundidad de las reformas y las modificaciones que haya que emprender. Son intransigentes y, curiosamente, se pueden convertir, sin desearlo, en parte del bagaje de la contraofensiva derechista.

Hay que generar una capacidad defensiva “con prisa y sin pausa”.

 

 

SIN COMENTARIOS

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Salir de la versión móvil