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Reajuste del Sector Público: El Camino de la Negociación Ramal

Crédito foto: Instagram @cutchileoficial.

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La Mesa del Sector Público (MSP) de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) logró ayer un reajuste de salarios y beneficios de un 6,1 por ciento -único acuerdo alcanzado con el Gobierno de Sebastián Piñera en estos casi 4 años- lo que refleja la necesidad de recuperar la herramienta de negociación colectiva por rama, sector de la economía y tipo de labores, como única manera de equiparar el poder de trabajadores y trabajadoras al poder de empleadores, es decir, del capital.

Fue un proceso que partió muy mal: con una represión violenta e inexplicable a los presidentes de los 16 gremios que integran la MSP y la detención del presidente de la ANEF, José Pérez Debelli, cuando concurrimos a dejar nuestro pliego de peticiones para este proceso. Siguió mal, cuando el Ministerio de Hacienda postergó más de un mes cualquier tipo de respuesta y luego dilató en las primeras conversaciones. Desde la CUT, no detuvimos las movilizaciones: unitarias, pacíficas, en Santiago y en decenas de otras ciudades de Chile.

Sólo hace unos días, el Ministerio de Hacienda se allanó a tener un diálogo respetuoso, efectivo y franco, como el que las trabajadoras y trabajadores hemos venido pidiendo en distintas temáticas al Gobierno por meses. Existiendo una disposición, alcanzamos un acuerdo en pocos días.

Esto demuestra que no han sido las trabajadoras y los trabajadores quienes impiden avanzar. Es, como hemos dicho, la actitud de un Gobierno sordo -que defiende los intereses del 1 por ciento más privilegiado- la que nos ha obligado a pagar la crisis con nuestros ahorros, nuestros ingresos, nuestro poder adquisitivo y nuestra salud, al no cumplir con su obligación de entregar una adecuada protección social.

El Gobierno de Piñera no acogió las propuestas de la CUT para el enfrentamiento de la Pandemia, se negó al diálogo social para la generación de políticas justas de reactivación económica, no tiene disposición de llegar a acuerdos, utilizando incluso artimañas para vulnerar la voluntad democrática como ocurrió con el Cuarto Retiro de Fondos de la AFP.

¿Por qué, entonces, logramos avanzar con un protocolo de acuerdo en materia de reajuste y otros beneficios? Porque actuamos unidos, negociamos en conjunto, nos movilizamos, pedimos lo que consideramos justo, argumentamos con fundamentos y tenacidad, pero con la flexibilidad necesaria para concretar el acuerdo.

La negociación ramal -por áreas de la economía o labores productivas- es un instrumento de potente valor redistributivo, como demuestran las democracias sólidas y países con mayor desarrollo económico y cohesión social. Es una forma de construir más igualdad, dándole poder a la gran mayoría frente al concentrado poder del capital.

Y la negociación ramal es, también, uno de los contenidos de la primera Iniciativa Popular de Norma Constitucional presentada por la CUT -que debiese ser declarada admisible en los próximos días, dando origen a nuestro despliegue territorial para reunir las firmas necesarias- con la convicción de que debemos recuperar derechos conquistados por décadas de movimiento sindical y arrebatados por la Constitución pinochetista.

En esta coyuntura histórica, las trabajadoras y los trabajadores de Chile no nos equivocamos: necesitamos avanzar. Y para eso, debemos apostar por el diálogo social, por la paz que proporciona la derrota de la desigualdad, rechazando todas las voces que llaman a retroceder cuatro décadas al oscurantismo de la dictadura.

 

 

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