Periodista.
Más allá de constatar que no es fácil la tarea que deberá emprender la senadora y flamante candidata presidencial de Unidad Constituyente, Yasna Provoste, que ganó por lejos -se impuso sobre Paula Narváez (PS) y Carlos Maldonado (PR) con un 60,5% de los votos- lo cierto es que la capacidad de convocatoria del pacto en su totalidad quedó al debe. En realidad, la consulta apenas logró reunir el piso de las expectativas que había, 150.000 votos, que es el número de militantes inscritos que suman todos los partidos del conglomerado. Era el gran fantasma y se cumplió el mal pronóstico. A tal punto que quedó instalado aquel viejo escenario de los tres tercios que predominó en la política chilena pre golpe de Estado. Entonces, además de unos cuantos semi – desconocidos personajes que se han inscritos o pretenden hacerlo para estar en la papeleta de noviembre, -no está claro con qué objetivos- lo cierto es que son tres solamente los que buscarán los votos con reales posibilidades de llegar a La Moneda: Sebastián Sichel, Yasna Provoste y Gabriel Boric.
Independiente del hecho que no es posible y más bien es una tontería -por usar un calificativo amigable- comparar la primaria legal con la consulta ciudadana, -con franja televisiva, con soporte del Servel, con debates al por mayor entre otros beneficios legales-, el resultado de la consulta para Unidad Constituyente significa que tendrán que triplicar los esfuerzos para trepar la montaña donde ya están tanto el candidato de la derecha y los empresarios, Sebastián Sichel, como el del polo de izquierda, Gabriel Boric.
Los nudos críticos para Yasna Provoste y en realidad para Unidad Constituyente son en los específico tres: restañar heridas y hacer de la unidad del progresismo el leit motiv de la campaña; trabajar con finura para evitar en lo que sea posible la fuga de votos hacia Gabriel Boric y obtener como resultado, subir la votación para llegar a la segunda vuelta.
Así, y a partir de hoy, se inaugura una nueva etapa donde Unidad Constituyente y su candidata, Yasna Provoste, inician una lucha cuesta arriba por la hegemonía en la centroizquierda. Competirán con Gabriel Boric y su bloque integrado por el Frente Amplio, el Partido Comunista y otras fuerzas de izquierda, que obtuvieron una gran votación en las
pasadas primarias legales.
El peso de la marca
Cierto es que Yasna Provoste tiene a su haber varias características que, sin duda, abultaron su votación más allá de su propio partido. No son pocos los analistas que se preguntan si el resultado hubiera sido igual si la candidata de la DC hubiese sido la blonda Ximena Rincón. La senadora Provoste -que pronto dejará su cargo al frente de la Cámara Alta-, es reconocidamente progresista en la Democracia Cristiana.
Concretamente, del ala izquierda de ese partido, lo que le ha traído no pocos sinsabores en su propia colectividad. No pertenece a la elite. Es de origen diaguita. Es morena. Es de profesión profesora. Y es de Vallenar. Se suma que fue víctima del odio de la derecha siendo ministra de Educación, que al acusarla constitucionalmente el 2008 la envió al ostracismo durante varios años.
¿Cuál sería su déficit? Su partido, convertido hoy por hoy en el blanco predilecto de quienes abominan de los 30 años de gobierno de la Concertación y la Nueva Mayoría, sin mayores distinciones. Le suman algunos controvertidos personajes que la rodean en sus círculos más cercanos y el discurso conservador de la DC, del cual quiso desmarcarse apoyando la despenalización del aborto o desnudando las crueldades del sistema neoliberal. Pero, lo cierto es que la imposibilidad -hasta ahora- de controlar el amplio abanico de parlamentarios DC, con posiciones disímiles particularmente en temas valóricos, instalan un gran signo de interrogación en muchos de quienes muerden hoy el sabor de la derrota. Será una de las vallas que Yasna Provoste deberá saltar.
Tal vez por eso es que, en su discurso triunfal en Vallenar, Yasna Provoste acompañada por el diputado socialista, Juan Santana, afirmó que “hoy tenemos que ser capaces de trabajar con mucha unidad por el bien de nuestro país. Este país no puede, a partir de lo que estamos viviendo, pensar que el próximo gobierno va a llegara a experimentar, a hacer ensayos y error. No podemos tampoco pensar que va a cambiar de un gerente a otro, de un Sebastián a otro. Tenemos que ser capaces de ofrecer un mejor destino a nuestro país. Y en esa tarea estaremos todos los chilenos que queremos transformar, pero en paz; queremos avanzar con los cambios que nuestro país requiere, pero con gobernabilidad”.
Otra de esas vallas a saltar estará instalada en los partidos Socialista y PPD. Más en el primero, dada su estructura nacional. Ya es un secreto a voces que un sector del pueblo socialista -que va más allá de la militancia- participó en la primaria legal de julio votando por Gabriel Boric. Hay quienes afirman en el PS que fue una respuesta de ese mundo a la agresiva campaña de un grupo muy minoritario que se autodenominó Socialistas por Jadue.
Por lo mismo, es la pregunta que la prensa hace indefectiblemente a los dirigentes de esos partidos. El presidente del PS, Álvaro Elizalde lo dijo claramente: “Nosotros vamos a actuar con unidad, apoyando a la opción que ha triunfado esta noche”. En el mismo sentido se pronunció el ex candidato y dirigente radical, Carlos Maldonado: “El resultado se asume y se respeta” dijo. Y también la ex candidata Paula Narváez lo dejó explicitado al ser consultada sobre cuál era su llamado a los militantes socialistas ante el triunfo de Provoste. Dijo que “el PS siempre ha sabido estar a la altura de la historia, no será esta la excepción”.
En busca de explicaciones
Los análisis “de profundis” en el PS ya comenzaron. Porque se están buscando explicaciones a la baja votación que logró Paula Narváez, cuyo programa es calificado como una verdadera “joyita” incluso entre sus oponentes. La realidad indica que la candidata DC dobló en prácticamente todas las regiones. Justamente para no repetir errores, se están analizando desde la composición del comando que se construyó, hasta el rol que jugó la dirigencia del PS y del PPD en su campaña.
Más allá o más acá de la pandemia, para muchos analistas es un llamado de atención e incluso un misterio, que en las últimas semanas solamente apareciera con fuerza la campaña de Paula Narváez. Tanto que incluso muchos se ilusionaron con la posibilidad de un triunfo. “Si hubiese sido así desde el principio, otro gallo cantaría”, comentaba un triste militante de base.
Los tristes militantes son muchos y habrá que ver qué hacen los dirigentes para reencantarlos para trabajar por la candidatura de Yasna Provoste. Porque lo que si está claro es que los cantos de sirena de Boric y de Sichel resonarán con fuerza hasta noviembre.
Sin embargo, si alguien quedó tembloroso con el nuevo escenario político, sin duda debe ser Sebastián Sichel, quien durante todo este tiempo ha tratado de posicionarse como el independiente de centro que no es, obviando su paso por tres partidos distintos en busca de lo que hoy le concedió la derecha. Ha buscado sostenerse en personajes de triste historia en la DC como Santa Cruz o la ex ministra de la Concertación, Mariana Aylwin. Y, por lo tanto, la aparición en el escenario político de una genuina candidata de centro, progresista, representante de una etnia y de las regiones, más que le complican su discurso y su panorama.
Por dónde vendrán los primeros ataques lo dejaron ver el presidente de Renovación Nacional y su segundo, Diego Schalper. El timonel de RN enfatizó lo que a su juicio demostró la consulta ciudadana de Unidad Constituyente: “queda de manifiesto que es una izquierda que improvisa, una izquierda que designa a destiempo su candidato y que no es capaz de convocar a más de 150 mil chilenos. La izquierda no es capaz de invocar a millones de voluntades como lo hicimos nosotros en las primarias. Por tanto, estamos convencidos que Sebastián Sichel va a pasar a una segunda vuelta, ganará la elección presidencial y ocupará un centro político”.
Y Schalper se permitió decir que “Yasna Provoste jugó sola y perdió. Ante esa baja convocatoria tenemos claro que la segunda vuelta se va a hacer con Gabriel Boric y ahí se van a jugar dos proyectos de sociedad: aquellos que creemos en reformas en libertad y con respeto a la democracia, y aquellos que quieren partir el país desde cero, son tolerantes con la violencia y tienen prácticas que, a ratos, están al filo de la democracia”.
