Periodista.
El mundo político entró de lleno en campaña y eso trajo consigo un panorama preocupante que prendió luces amarillas en todo el espectro partidario y más allá. Sobre todo porque los límites de respeto y tolerancia se están sobrepasando. Hasta ahora son sólo luces amarillas.
Mientras tanto, partidos y candidatos de Unidad Constituyente se preparan para la contienda que se llevará a cabo este mes. Finalmente, sus candidatos presidenciales – Paula Narváez, Yasna Provoste y Carlos Maldonado- pudieron encontrarse y plantear sus sueños de país durante un debate organizado por radio Cooperativa. Fue un debate sin dramatismo ni mayores diferencias, pero que dejó instalado un tema que sin duda se tomará la agenda en los próximos días: la posibilidad de un cuarto retiro del 10 por ciento de las cuentas individuales de las AFPs.
No sólo eso. Develó el carácter y la firme posición en un tema de amplia aceptación popular de una de las candidatas a la presidencia de la República. La socialista Paula Narváez fue categórica rechazando aquello que sabe que goza de un amplio abanico de aceptación en chilenos y chilenas: “No estoy a favor del cuarto retiro del 10%. Sé que esto es sumamente impopular y sé también que probablemente va en contra de algunos parlamentarios de mi sector que han señalado el inicio de la discusión”. Y añadió: “Creo que es reforzar una política pública que fue la que estuvo disponible como reacción a la inacción del gobierno en un momento en que tenía que entregarle seguridad a las familias desde el punto de vista económico, al mismo tiempo que les estaba pidiendo que se quedaran en sus casas”, señalando que “no podemos continuar dilapidando los fondos de los trabajadores”.
En la ocasión, la candidata de la DC sólo señaló que votaría ese cuarto retiro “si el gobierno no extiende el Ingreso Familiar de Emergencia, que propusimos en los mínimos comunes, para poder entregar recursos a los que más lo necesitan”. En tanto el candidato radical, Carlos Maldonado, no fue muy específico a la hora de definirse: “He conocido a muchas personas (para las) que los fondos de AFP han sido el principal, sino el único, alivio que han tenido para respirar durante la pandemia en materia económica (…) Me parece una discusión totalmente válida. Si se discute el cuarto retiro y avanza, el gobierno va a extender el IFE y va a establecer algún apoyo para las personas que no tienen fondos”.
Así, quienes buscan ser elegidos para representar a la centroizquierda en la consulta del 21 de agosto, comenzaron un periplo electoral en medios de comunicación, que culminará para uno o una de ellos en la primera vuelta de la elección presidencial de noviembre.
Será el mes en que se enfrentarán los candidatos de la derecha -Sebastián Sichel y José Antonio Kast-, por un lado, contra Gabriel Boric de Apruebo Dignidad y quien sea el representante de Unidad Constituyente, por el otro. A estas alturas, y faltando prácticamente tres meses para elegir a quien dirigirá los destinos de un país en crisis pandémica, económica y social, ningún experto electoral se atreve a pronosticar resultados.
Todo tiene un límite
Lo que ha ocurrido con -hasta ahora- dos de los candidatos presidenciales, agredidos en pleno trabajo de campaña, puso una señal de alerta en el mundo político y social. Hasta ahora, nunca se había visto tal nivel de intolerancia y agresividad. Ocurrió primero con el candidato del Frente Amplio, quien a petición de un familiar de un preso del estallido social, acudió a la cárcel para entrevistarse con él. Fue objeto de insultos y hasta agresión física por parte de los detenidos. Luego, le ocurrió a la candidata DC. Agredida e insultada en una feria de Puente Alto, cuando visitaba el lugar.
En ambas situaciones, se cruzaron los límites de lo permitido en una contienda política. Lamentablemente, Daniel Jadue, en pleno fragor de la contienda electoral en sus primarias, culpó a Boric por haber permitido con su voto la “aprobación de la Ley Antibarricadas” lo que condujo a que “hoy tengamos muchos presos políticos en nuestro país”. Y no lo dijo sólo una vez. Aunque ahora, luego de la agresión al frenteamplista condenó el hecho, lo cierto es que los gritos repetían sus dichos y ello queda patente en todas las amenazas contra Boric.
Este candidato, aunque en un principio minimizó el hecho, finalmente decidió enfrentarlo: “Hoy día quiero hacer un parelé, cortar esto de raíz (…) Llegó un límite en que no basta con poner la otra mejilla, no voy a permitir que se siga repitiendo la mentira de que aprobamos leyes que reprimen la protesta social”, dijo el candidato.
Dijo que “desgraciadamente se ha instalado una mentira durante mucho tiempo, de que yo y el Frente Amplio somos responsables de la prisión política en Chile y quienes siguen esparciendo esa mentira nos exponen a esas agresiones como la que sufrimos ayer”. Aclaró que “jamás aprobamos ningún tipo de artículo que sancionara la protesta social”. “Lo que hicimos aprobar en general una ley contra los saqueos y votamos en contra de todos los artículos que criminalizaban la protesta social y las barricadas”. Recordó que el texto fue aprobado en general con 127 votos. “Y que se siga deslindando responsabilidad en nosotros, ya pasó un límite”.
El mismo límite que se intentó pasar con Yasna Provoste. Aunque también le dio escasa importancia a la agresión, hizo un llamado contra la intolerancia política. Y en realidad, más que intolerancia, se trata de una campaña orquestada por los mismos de siempre centrada en la falacia que se ha repetido desde que su candidatura era un secreto a voces: que la acusación constitucional en su contra en el año 2008 se debió a que “se le perdieron US$600 millones, situación que finalmente fue aclarada por la Contraloría General de la República, limpiando su nombre y su actuación en el Ministerio.
La candidata señaló que “nada justifica la violencia, yo me la voy a seguir jugando por el diálogo, por la construcción de un Chile distinto. Somos muchos más los que queremos un Chile en paz”. Y añadió: “me la he jugado en momentos muy difíciles. Somos parte de una generación que nunca le tuvo miedo ni a los peores momentos de la dictadura. No le tendremos miedo tampoco a la intolerancia, porque queremos reconstruir en paz nuestro país”.
Poco a poco entonces se va armando el escenario electoral futuro. Los partidos se encuentran en plena organización de sus listas parlamentarias. Los pactos aun no se solidifican como quisieran. Allí están las tensiones entre el PC y el FA, cuyas relaciones están deterioradas a partir del resultado de las primarias. Y ello aumentó cuando -de acuerdo al presidente del PC- las y los convencionales del Frente Amplio no apoyaron para que convencionales del Partido Comunista quedaran en la coordinación de una comisión y en una vicepresidencia en la Convención Constitucional. Se produjo así una gran tensión llegando incluso a poner en duda el apoyo a la candidatura de Boric. Así lo señaló el propio Daniel Jadue.
Pero, el presidente del PC, Guillermo Teillier, salió a aclarar. Dijo que lo ocurrido “no nos deja muy bien parados en cuanto cómo seguir adelante las conversaciones, para decir la verdad y con toda franqueza”, aunque precisó que “nosotros, como PC, queremos cumplir con nuestro compromiso y nuestra palabra” en los vínculos con el Frente Amplio y al interior de Apruebo Dignidad.
Tensiones que también cruzan el PS y la DC, cuyas relaciones también se malograron luego del intento fallido del socialismo de ir a primarias con el pacto Apruebo Dignidad, dejando de lado su alianza con la DC. Más tensión se sumó cuando ese partido demoró hasta lo indecible la nominación de Yasna Provoste y la fórmula para la nominación.
