Periodista.
Una mujer en Concepción, cuya hija regresó de Italia y dio positivo por Covid-19 asistió dos veces a un centro comercial no sólo a comprar libros, sino además, a devolver uno al día siguiente. El domingo pasado, los restaurantes de Concón lucían repletos de familias almorzando. Un bus de la empresa Cóndor que salió desde Santiago con destino a Valdivia fue desviado al hospital de Los Ángeles, en la Región del Biobío, luego de que se detectara la presencia de cinco pasajeros que estuvieron en España (3) y dos en Estados Unidos y que llegaron el martes a Chile.
Suma y sigue. Tomás Francisco Danilo León Marinkovic, con domicilio en el sector oriente de la Región Metropolitana, llegó del extranjero el 8 de marzo y el jueves 14 decidió viajar a La Araucanía para participar de un matrimonio. Un día antes, Marinkovic se realizó el examen para detectar Covid-19 en una clínica de Santiago ante sospechas por síntomas asociados a la enfermedad. Sin esperar los resultados, emprendió vuelo hacia el sur.
La ignorancia, la inconciencia, a veces la soberbia y la desconfianza aún imperante, están poniendo en peligro a Chile, donde la curva de infección aumenta a pasos agigantados en todo el país, con escasísimas excepciones hasta ahora. Tenemos el mayor porcentaje de infectados, según el número de habitantes. Hasta hoy, se elevaron a 238 los casos positivos de coronavirus.
Tal parece que demasiado lentamente se está tomando conciencia del significado mortal de la pandemia del coronavirus que en el mundo al día de hoy -miércoles- suman más de 8.400 fallecidos. Y no sólo de ancianos. Porque los jóvenes deben poner también sus barbas en remojo y acatar las directrices del gobierno -aunque no les guste- y de los científicosde Chile y del mundo. Michael J. Ryan, director ejecutivo de la Organización Mundial de la Salud, OMS, ha señalado que la enfermedad “solo mata a la gente mayor” no es así, porque “hay también un número significativo de jóvenes fallecidos”.
¿Por qué Italia?
En las últimas 24 horas, la pandemia de coronavirus mató a 475 personas en Italia, el peor balance registrado en un país en un día y así ya son casi 3.000 personas las que han muerto en ese país, un balance cercano al de China (más de 3.200 muertos), donde se originó la pandemia. De hecho, los servicios médicos italianos registraron 4.207 nuevos casos en las últimas 24 horas, una cifra nunca antes alcanzada.
¿Y por qué está ocurriendo que sea justamente ese uno de los países más afectados por el corona virus? Sencillamente porque reaccionaron tarde. O no creyeron, y por tanto no hicieron caso de las directrices de las autoridades y prefirieron pensar que era una gripe más.
Según los estudios del profesor Massimo Galli, de la Universidad de Milán, el virus comenzó a circular en el norte de Italia a mediados de enero. El embajador italiano en Chile, Mauro Battochi señaló que “esto no es sorprendente, ya que el norte es la parte más globalizada del país, con relaciones comerciales muy estrechas con Asia. Las autoridades reaccionaron con máximo rigor y total transparencia. Nuestro sistema nacional de salud comenzó a practicar una gran cantidad de pruebas. Se establecieron “áreas rojas” con la obligación de quedarse en la casa. Lo que faltó, al principio, fue la conciencia en la población de la gravedad de la enfermedad y la necesidad de cambiar su comportamiento diario y de enfrentar pérdidas económicas. Luego, a medida que pasaban los días, la curva de contagio mostró su carácter dramáticamente exponencial. Los italianos se dieron cuenta de que su futuro estaba en juego”.
En realidad, el Covid-19 empezó a preocupar a Italia hace pocas semanas, el 21 de febrero, cuando se detectó el primer foco de contagio con epicentro en la localidad de Codogno, a unos 70 kilómetros al sur de Milán, en la norteña región italiana de Lombardía. La decisión del primer ministro italiano, Giuseppe Conte, fue drástica: cierre de Codogno y otros nueve municipios y la institución de una zona roja, con un cordón sanitario vigilado por efectivos policiales y militares. Nadie podía salir ni entrar. En cuestión de un fin de semana, se produjo el primer centenar de contagiados.
Aunque hoy el Primer Ministro transalpino, Giuseppe Conte, goza de la estima de los italianos por la gestión del coronavirus, al inicio de la pandemia fue duramente criticado por haber decretado enseguida la zona roja en el primer foco de la infección. Fue muy criticado por ello, porque según la oposición, esa estrategia de contención del virus iba a afectar el PIB italiano. Conte siguió en sus trece y recién ahora los transalpinos están respetando el decreto ley que impone una cuarentena general en todo el país, prueba de ello es que las calles y plazas italianas están casi desérticas.
El coronavirus no da tregua a Italia. Después de unos números ligeramente mejores el sábado, con 175 muertos en un día, el domingo pasado el país supoque los muertos habían aumentado a 1.809. Esto significa que 368 personas infectadas con el virus han fallecido en las últimas 24 horas.
Según los últimos datos ofrecidos ese domingo, la epidemia deja al menos 7.375 personas infectadas (casi 1.500 más que el día anterior), de las que 622 se han curado. Los médicos del hospital Giovanni XXIII, dicen que están al límite. Ponen en ventilación mecánica hasta siete enfermos por día y descansan en promedio un día cada dos semanas.
Las restricciones impuestas por el gobierno tienen dos objetivos: “Contener la difusión de la enfermedad y evitar la sobrecarga de las estructuras hospitalarias”. Este último es un problema cada vez más apremiante porque el coronavirus no da señales de remitir. Entre los infectados hay más de 200 médicos y enfermeros.
Tres semanas después del inicio del contagio, en Italia se ha podido comprobar que más tiempo se tarda en aplicar las medidas, más paciencia habrá que tener a la hora frenar el coronavirus. En España el Covid-19 está ampliándose más rápidamente: si los primeros 4.000 casos en Italia tardaron unos 15 días en aparecer, en España tan sólo ha sido necesaria una semana.
No es “un simple virus”
Tal como está ocurriendo en Chile, en Italia personas entrevistadas en la TV indican que todo comenzó tal y como se vive la situación actual en Chile: “La gente llega a los supermercados y compra a lo ´bestia´”.
Éstas personas indican que al principio los expertos explicaron que la población debía quedarse en casa para evitar la propagación, pero muchas personas decidieron no tomar importancia a tan urgente mensaje y no permitieron que un “simple virus” evitara que fueran a tomar el aperitivo, ir a un restaurante o al cine, pero eso provocó que el virus se contagie más rápidamente.
“Nos decían los expertos que nos quedáramos en casa y nosotros pensábamos que eran unos exagerados, la verdad que eso (no quedarse en casa) hace que el virus se propague más rápido y ha causado que los hospitales estén colapsados”, dijo una de las que hablaron en el reportaje.
Valentina Müller, publicista radicada en Italia, cuenta que uno de los primeros casos en Milán fue el de un empresario que había estado en Shanghai y que al regresar corrió una maratón, contagiando a decenas de personas y propagando el virus por todas partes. De a poco las noticias se pusieron más intensas, cerraron los colegios y luego las universidades. Y anunciaron los planes de contención en los hospitales habilitando más respiradores. “Aún así, nadie le tomaba el peso y muchos seguían su vida como si nada”. ¿Les recuerda algo?
Chile ya es el segundo país con más contagios de Sudamérica y el primero en número de infectados por habitante. Desde la Red de Investigadoras Covid-19, la doctora en Ciencias Vania Figueroa asegura que «al incrementar el número de personas infectadas que requieran hospitalización el sistema de salud del país colapsará, porque cuenta con, aproximadamente, 2,2 camas por cada 1.000 habitantes». Según la OCDE, en España la cifra llega a tres. A eso se enfrenta el país si los ciudadanos no toman real conciencia de lo que se espera.
