director de Literando.cl
“Tengo ganas de gritar con todas las mujeres En contra de este silencio pánico de nueve años Que nos han tirado encima Y tengo que hacerlo en clandestino.”
Este poema lo escribió Adela H. en el editorial número 4 de la revista Furia, septiembre de 1982. Obviamente Adela estaba enrabiada. Probablemente se sentía atrapada, quizás a ratos también clandestina. Adela H se puede encontrar en la “El diario íntimo de Adela Hugo”, de Jean Francois Truffaut. Erotómana, hija del gran Víctor Hugo.
Pero en Chile su rastro se puede encontrar en La Morada. Tal vez en Flacso o en la Federación de Mujeres Socialistas. Claro que ahí Adela H. transforma su identidad y se convierte en Julieta Kirkwood, recuperada nuevamente en el libro “Preguntas que hicieron movimiento. Escritos feministas 1979-1985”, que recoge parte de sus textos, con prólogo de Cynthia Rimsky y el trabajo de Banda propia Editoras.
Efectivamente, la socióloga, escritora, feminista y socialista Julieta Kirkwood usó el seudónimo de Adela H. en la revista la Furia para escribir gran parte de sus editoriales. Otros tiempos, en que la dictadura perseguía y aplastaba opositores y donde la libertad de prensa, expresión e información no era más que un anhelo impensable.
Precursora, profesora, cientista política, Kirkwood describe claramente en los editoriales de Furia por qué el escrito se llamaba así. “…descubrimos que había dos historias. Una, heroica o trágica, según se leyera desde la dominación o desde aquellos que la sufren. La otra simplemente no existía; no había sido jamás contada: se refería a lo mínimo, a lo doméstico, a esa larga existencia silenciosa de miles de horas de lavar, zurcir, tejer, cocinar, cambiar pañales, limpiar, hacer compras, enseñar (lávate las manos, límpiate las narices, hagamos las tareas) y otra vez encender fuego, poner la tetera, hacer las camas, apoyar, hacer la comida”.
Es así como lo heroico, la invisibilidad femenina y la rebelión del coro frente al héroe son parte de las páginas de este libro, que deambula entre la contingencia de un momento dictatorial, la irreversibilidad opresiva contra la mujer y la mirada a futuro que parece muy presente a cerca de 40 años de su escritura. En “Preguntas que hicieron movimiento…” hay mucho de política, más de feminismo, buena dosis de filosofía y por supuesto, abundante historia.
Léalo con ojos de feminista, con ojos de socialista, con ojos de Julieta Kirkwood o de Adela H., pero se encontrará sí o sí con una mujer que fue protagonista, que vivió intensa, que murió prematura. Y que, sobre todo, fue visionaria.
“A veces un solo día, un solo símbolo sí basta para comprender que todo es político; que todo va a ser tremendamente político para todas las mujeres. Y entonces, quizá -en otro día- nos reencontraremos y aprenderemos todas, una y otra vez, a colmar nuestras futuras alamedas”. Sí, también es de 1982. De Adela o de Julieta, como usted prefiera.
