Periodista y Director de Página 19.
Abogado de profesión, Luis Cuello Peña y Lillo se tituló en la Universidad de Valparaíso radicándose en esa ciudad desde hace más de 15 años. Hoy es candidato constituyente por el pacto “Apruebo Dignidad” como militante del Partido Comunista. Sin embargo, agrega que su candidatura la levantó, además, “la Gómez Organizada”, asamblea territorial ubicada en el barrio Gómez Carreño. “Hemos realizado un sin número de cabildos, de acciones de solidaridad durante la pandemia y de manifestaciones”, cuenta. Luis Cuello debe ser uno de los pocos abogados que más conoce sobre materias de Libertad de Expresión e Chile.
En 2015, asesoró al Colegio de Periodistas para la denuncia contra el ex director de El Mercurio, Agustín Edwards, ante el Tribunal de Ética Regional del Consejo Metropolitano de la Orden Profesional, por el rol que tuvo el diario durante la dictadura cívico militar de Augusto Pinochet. Finalmente, Edwards fue expulsado del Colegio de Periodistas.
-¿Cómo nace su candidatura a constituyente?
-Siempre hemos estado presente en la población y eso nos ha ayudado en el debate sobre la dignidad colectiva. Entonces, hemos estando inmersos en el debate de la nueva Constitución, y este colectivo me propuso a mí como candidato, como portavoz de las demandas que han surgido en los cabildos. Hoy estoy disputando un escaño en el distrito 7, que incluye las comunas de Concón, Viña del Mar, Valparaíso, Casablanca, Algarrobo, El Quisco, El Tabo, San Antonio, Santo Domingo, Cartagena, Isla de Pascua y Juan Fernández.
-¿Por qué estás postulando a la constituyente? ¿Cuáles son los temas que lo motivan?
-Soy un activista político, me motiva la lucha social, he tratado de estar siempre acompañando causas justas, por eso mismo que durante un tiempo fui asesor del Colegio de Periodistas en materias de libertad de expresión. Al mismo tiempo, también he patrocinado acciones administrativas y judiciales de organizaciones y movimientos sociales, siempre enfrentándonos a los intereses de los grandes poderes O sea, acá nos hemos enfrentado con el municipio de Viña, con el intendente de Valparaíso, con el jefe de la Defensa Nacional. Por lo tanto, esa es mi característica, mi naturaleza de ser un abogado que está en esta pelea constante, de defender causas justas, eso es lo que me motiva.
Desde el punto de vista del proceso, creo que estoy muy conectado con la esencia de la revuelta popular, con este cansancio de la gente, de todos nosotros por el modelo económico, por la falta de acceso a la salud, a la educación. Creo que lo principal de la movilización social, y cómo ha ido desembocando en este proceso constituyente, es cómo la gente aspira a cambiar sus condiciones materiales de vida. Pienso que eso es lo que debe guiarnos también para poner por delante las propuestas principales de la ciudadanía en la constituyente.
-Se le ha visto muy activo por la defensa del derecho al agua ¿Qué propone usted?
-Acabamos de firmar un acuerdo con Rodrigo Mondaca, un defensor histórico del agua, además de ser candidato a gobernador. Este compromiso significa que yo me comprometo frente a la ciudadanía que, en el caso de resultar electo, voy a promover que se aprueben, en la nueva Constitución, ciertos principios y reglas con relación al agua, para recuperarla para Chile. Esto consiste principalmente en reconocer el agua como un Derecho Humano y, en segundo lugar, declarar el agua como un bien común, es decir, como algo que no puede ser objeto de la propiedad privada. Creo que eso es muy importante, porque la actual Constitución lo que hace es privatizar el agua y eso ha producido una gran concentración en su propiedad. Al mismo tiempo sacrifica a las personas porque las deja sin acceso o con acceso restringido.
Soy un convencido que tiene que haber una gestión pública de agua, sobre todo en una época en que hay una gran crisis hídrica a nivel mundial, no solamente en Chile y nos interesa también que el agua sea reconocida como Derecho Humano. El agua nos garantiza la vida y la salud, por lo tanto es un elemento esencial y creo que sobre todo en la Región de Valparaíso es un problema angustiante no solamente en el interior, sino que también en la zona urbana, en Viña del Mar, es un problema que tiene que ver con la falta del acceso al agua en todas las tomas de terreno.
-¿Existe libertad de expresión en Chile? Se lo pregunto porque hoy cualquiera puede fundar un medio y no existe censura previa…
-Creo que si uno lo ve desde el punto de vista individual, claramente hay libertad de expresión, ya no hay censura previa, han desaparecido las leyes de desacato. Sin embargo, si hay afectaciones. En el contexto de movilizaciones de la Revuelta Popular, ha habido una serie de atentados hacia la libertad de expresión, de persecución, de detención, de agresión de la policía y las fuerzas armadas hacia periodistas. Eso, sin duda, son atentados graves. Lo que pasa acá es que se ha naturalizado ese tipo de atentados a la libertad de expresión, pero eso está todo en los informes internacionales de Derechos Humanos.
Si uno lo piensa desde un punto de vista más colectivo, el Derecho a la Información, el derecho que tiene la sociedad a estar informada, de la diversidad de opiniones, de opiniones políticas, ideológicas y culturales, creo que ahí uno puede decir que falta libertad de expresión en Chile, porque hay una grave concentración de la propiedad de los medios de comunicación. Entonces, cuando el Derecho a la Información está condicionado al poder económico, deja de ser un derecho y se transforma en un privilegio.
Eso se da claramente en todas las plataformas mediales, tanto en la prensa escrita, la radio y la televisión. El concepto de la televisión, donde hay una gran influencia últimamente de distintos grupos financieros va construyendo y restringiendo el debate público, porque se van marginando actores, visiones y sectores populares que tienen muy poca representación en los medios de comunicación tradicionales. Entonces, en el debate constitucional, adhiero a las demandas históricas del Colegio de Periodistas a promover la democracia en la comunicación.
-El Colegio de Periodistas lleva un buen tiempo impulsando el Derecho a la Comunicación ¿Por qué es relevante este tema para nuestra sociedad?
-Creo que el Colegio de Periodistas se ha destacado históricamente en la lucha por la libertad de expresión. Pienso, también, que es una lucha fundamental para la democracia instalar el Derecho a la Comunicación, porque es asegurar la dimensión colectiva de la libertad de expresión. Entonces, creo que la nueva Constitución debería tener reglas claras, en términos de Derechos Humanos donde se conecte las demandas de libertad de expresión con el régimen democrático y con la diversidad de fuentes. Sin duda, la nueva Constitución debe contener principios anti-concentración referidos especialmente a los medios de comunicación para asegurar que la democracia sea una donde todos podamos hablar y donde todos podamos ser escuchados.
-Porque la idea es que, también, estén presentes las voces que nunca suelen estar en los medios de comunicación tradicionales y empresariales…
-Tal cual. Hay voces, actores sociales, sectores populares, los pobres de Chile que no están representados en los medios de comunicación. Por eso, hay que tratar este tema con una perspectiva de Derechos Humanos. Para ejercer un derecho, ese derecho no puede estar condicionado a la facultad de un poder económico porque cuando eso ocurre, deja de ser un derecho. Esa es la premisa para la libertad de expresión. Es un derecho civil y político fundamental, es la piedra angular de la democracia, como lo he dicho la Comisión Internacional de Derechos Humanos.
-¿Por qué cree que gran parte de la clase política chilena nunca ha dado un pie adelante para que se regule la alta concentración mediática y se sientan tan cómodos con el duopolio?
-Hay trabas institucionales evidentes. Recordemos que la Ley de Prensa sacó una norma anti-concentración y esa norma chocó con esta muralla que es el Tribunal Constitucional, que hizo valer esta protección exacerbada al derecho de propiedad por sobre la libertad de expresión. Ahí hay un aspecto que tiene que ver con el muro que es la propia Constitución del 80.
El segundo aspecto tiene que ver con la falta de voluntad política y esta emana de una comunidad de interés que se ha ido formando con el tiempo. Desde la propia dictadura existe una comunidad de intereses entre ciertos sectores políticos con los grandes conglomerados que hoy día controlan los medios de comunicación. Creo que muchos actores salen beneficiados y eso explica que no quisiera tocar esos intereses, por lo tanto, se mantiene el estatus quo.
–¿Por qué Chile debería contar con una Ley de Medios?
-Creo que Chile debe contar en la nueva Constitución con principios democráticos de la comunicación. Debería contar con un instrumento especial, con una ley que permita establecer normas anti-concentración, en vista de esta concentración enorme, tanto vertical como horizontal y cruzada, este dominio de los grandes grupos económicos. Pero también una ley que permita promover la participación pública. Creo que aquí hay una deuda con las audiencias, ya que está a merced de interés de los avasalladores. Pienso que hace falta una reforma más global, más integral, que al mismo tiempo comprenda una tercera dimensión que son las herramientas necesarias para que ese sector, el sector comunitario, sin fines de lucro, pueda desarrollarse con condiciones de sustentabilidad, que puedan en el fondo competir y proyectarse en el tiempo, porque hay muchos medios comunitarios que tratan con muy buena voluntad permanecer en el tiempo, pero eso es muy difícil cuando la competencia es tan desleal, ese es un debate del cual no podemos estar ajenos.
–¿Cuál podría ser la propuesta?
-El aporte del Estado es clave. También las políticas de fomento y la reserva de frecuencias. Por ejemplo, a nivel de radios comunitarias se reserva un segmento muy escaso del dial. Cuando se finalice el dial FM, eso va a abrir y ampliar el ancho de banda de la radiodifusión y creo que esa va a ser una oportunidad para establecer segmento muchos más amplios para ese sector.
También creo que es importante que se desarrollen los medios universitarios. Hoy, afortunadamente, la Universidad de Chile va a crear un canal de televisión y pienso que va a ser una experiencia muy interesante.
-¿Algo más que agregar?
-Que para mí esta una oportunidad histórica para replantear un (nuevo) modelo económico, pero también otro modelo de sociedad. Creo que el objetivo principal de la Convención debe ser ese. No se deben llegar a acuerdos y consensos falsos con la derecha, porque acá están en juego los intereses de la mayoría y eso es lo que hay que defender. Eso implica también afectar ciertos intereses que van a reaccionar -tal vez- de forma no muy pacífica. Con esto me refiero a que es fundamental que en la nueva Constitución podamos recuperar el litio y el cobre para Chile, eso es lo más importante, porque eso nos va a permitir tener las herramientas materiales para financiar los derechos sociales respecto a los cuales todos están de acuerdo. Todos están de acuerdo con que hay que tener derecho a la salud, a la educación, a la vivienda, que hoy día no existe en la Constitución, pero nadie dice cómo eso se va a materializar. Entonces, debemos tener una política de recuperación de los recursos naturales, pero también una política justa que incluya impuestos a los grandes sectores del patrimonio.
