Periodista.
Pocos cambios de mando presidencial han despertado el interés que este está provocando. Sea por la juventud de la mayoría de los integrantes del gabinete; sea por las especiales características humanas e intelectuales del Mandatario; sea porque su programa recoge las principales demandas que se escucharon en las calles del país el año de la protesta social; lo cierto es que la expectativa de cómo lo harán sigue aumentando.
Luego de los tradicionales encuentros con invitados que llegaron de todas partes del mundo y de recibir en el Congreso de Valparaíso la banda y la piocha que lo sellan por cuatro años como Presidente de Chile -si es que la Convención Constitucional no dice otra cosa y es aprobado en el plebiscito de salida- el Mandatario y su gabinete regresan a Santiago a tomar posesión del Palacio de La Moneda.
El Presidente Boric lo sabe y sus equipos deberían saberlo también, aunque en algunos círculos políticos del centro y la izquierda tienen más de una duda. Porque lo que se viene en la gestión gubernamental no es fácil. Está lejos de ser cómo fueron los gobiernos progresistas anteriores. No es refundacional como le aterra a la derecha, pero sí es joven, nuevo, dispuesto a enmendar errores añejos.
Actos protocolares más, actos menos, cuando se dirija al país desde uno de los balcones del palacio a las 19 horas, el Presidente Boric delineará cuáles serán sus primeras medidas para iniciar el gobierno que algunos temen y otros -los más- aguardan esperanzados. De lo que no hay dudas y está provocando intranquilidad en algunos círculos es un tema tanto o más importante que las reformas principales que debería realizar durante su gobierno. Gabriel Boric enfrentará una oposición feroz, como ya lo ha anunciado Diego Shalper (RN). No es toda la derecha, pero sí aquella que tiene el poder económico y mediático. Será prioritario entonces mantener y aumentar la unidad de las fuerzas progresistas, clave para realizar su programa.
Los grandes temas
Además de combatir el crimen organizado y el narcotráfico, los grupos violentos que cometen desmanes aprovechando marchas y convocatorias a protestas pacíficas, la hasta ahora incontrolable macrozona sur con su reguero de incendios y robos de madera, y la inmigración que necesita una respuesta, serán temas que presionarán desde distintos flancos al gobierno.
En lo que no hay dos opiniones es en que una de las primeras medidas que deberá llevar a cabo es anunciar la reforma tributaria, vital para concretar otras tan importantes como las de pensiones y la salud. Para empezar.
De hecho, consultas periodísticas y hasta encuestas ponen como prioridad dos temas de no fácil resolución: aumento del sueldo mínimo a 400 mil pesos y la elevación sustantiva de las pensiones.
Se comenta entre la dirigencia política que el Ministro de Hacienda, Mario Marcel, tiene muy presente lo ocurrido con la reforma tributaria que se intentó realizar durante el gobierno de Michelle Bachelet. Fue la propuesta del entonces Ministro de Hacienda, Alberto Arenas que pocos entendieron la que provocó las primeras tensiones en la coalición política que sustentaba al gobierno. De ahí que Mario Marcel, profundamente conocedor del tema, esté delineando una estrategia distinta, tomando en cuenta que el gobierno no cuenta con un Congreso a su favor. Su desafío principal, entonces, es lograr una reforma que no afecte el crecimiento. Que no paralice la recuperación post pandemia y que logre recaudar lo que se necesita para el ambicioso programa del Presidente Boric.
La reforma previsional
Es el otro gran tema para el gobierno. Parte de lo que el Presidente quiere es la creación de un nuevo modelo previsional. El No a las AFP está presente en esta administración que prometió mejorar las bajas pensiones que, a estas alturas son una vergüenza para todos, o para la mayoría.
Andras Uthoff, economista de la U. de Chile, máster y doctorado en Economía en la Universidad de Berkeley es pieza clave en esta reforma. “El actual sistema de pensiones es el desastre neoliberal más grande que ha existido…” declaró no hace mucho tiempo. Y este experto es parte del equipo que trabaja la reforma.
El gobierno es partidario de una reforma previsional que devuelve al Estado el manejo de las pensiones. Pero la propuesta es dejar en manos del sector privado un pilar voluntario de ahorro que sería universal, de bajos precios y abierto a varios actores de estas empresas. Así cada chileno o chilena contará para su vejez con una Pensión Básica Universal, ya aprobada pero que el Presidente ha señalado que debería aumentar; su ahorro en las actuales cuentas individuales y el adicional de carácter voluntario con incentivos para el ahorro particularmente para las capas medias y altas del país. Una idea que ya está en régimen en los sistemas previsionales de Gran Bretaña, Suecia y Nueva Zelandia.
Jóvenes y no tan jóvenes tienen muchas esperanzas en los cambios que se avecinan. Y en ese sentido, es interesante lo que señala el ex Ministro, Sergio Bitar: “El Presidente Boric despierta esperanza, motiva el compromiso de las nuevas generaciones y posee las mejores cualidades. Puede ser líder de una nueva etapa de transformaciones en democracia, estructurando una base política sólida y convocando a cuadros político-técnicos capacitados, como lo ha hecho al configurar su gobierno. Tiene visión y madurez, es necesario apoyarlo, y respaldar el trabajo de los constituyentes. Es mucho lo que se juega. Se necesitará convicción y sensatez.”
