lunes, abril 29, 2024
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Ucrania y Gaza: síntomas y carencias del Orden Mundial

Crédito foto de Christian Wiediger en Unsplash

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La guerra de Ucrania que ya dura más de año y medio, no muestra síntomas de calma. Por el contrario, se transformó en un tema cotidiano del panorama internacional. A su vez, la crisis entre Israel y Hamas, amenaza desde un principio con expandirse más allá de la represalia contra Gaza.

¿Se podría haber evitado ambos conflictos? ¿No existían acuerdos multilaterales para desactivarlos? ¿O estamos en presencia de conflictos donde se mezclan los intereses de los bandos en pugna con los intereses de terceros?

Digamos de paso que en el planeta existen diversos conflictos, con distintos grados de intensidad: la guerra en Yemen, el conflicto armenio – azerí que acaba de vivir un nuevo capítulo con la ocupación de Nagorno Karabaj, la tensión en Kosovo, la fragmentación de Libia, la ya larga guerra civil siria donde conviven los restos del Califato con la emergencia de un proto Estado kurdo, sumemos la inestabilidad permanente en Irak y Afganistán, el repliegue francés y occidental en general en el Sahel y la proliferación de gobiernos militares. Ojo, si miramos el mapa, buena parte de estos conflictos son colindantes.

Una enseñanza de la Historia es que una guerra termina por contaminar a su entorno, los países vecinos se transforman en pasadizos logísticos, zonas de retaguardia, donde atender heridos y recibir refugiados, campos de reclutamiento de nuevos combatientes, de entrenamiento de los mismos, donde también proliferan los agentes de inteligencia de los diversos servicios. Si miramos el mapa, desde los Balcanes pasando por el Cáucaso, abarcando los margenes del mar Negro y el mar de Azov, hasta el Asia central y la península arabiga, tendremos una zona de alerta máxima.

Si el conflicto se amplía en el Medio Oriente, sería fatal para Turquía, que quedaría con buena parte de sus fronteras en llamas. Que decir si el conflicto llegase al mismo Irán. Allí la guerra se instalaría en la frontera sur de las grandes potencias asiáticas.

Mercado de cereales y petróleo

Otro capítulo lo constituyen las repercusiones económicas de estos conflictos. Todos sabemos cómo la guerra en las estepas provocó el alza en el mercado de los cereales y del petróleo. Imaginemos si el conflicto del Medio Oriente se amplía y alcanza a los pozos petroleros árabes y a sus rutas. Dato, basta con hundir un buque en el estrecho de Ormuz para bloquear esa vía, por donde sale el 40% del abastecimiento del petróleo mundial, golpearía a China entre otros y provocaría una ralentización de su crecimiento. Saque Ud. cuenta cómo impactaría eso a terceros países tan lejanos como los sudamericanos, pero tan dependientes del comercio con el gigante asiático. Todo esto sin considerar el alza del precio del petróleo y sus derivados, con su correspondiente impacto en la inflación. Afírmate Catalina.

¿Se podían haber evitado estos conflictos? En el caso ucraniano, el conflicto no nació de un día para otro, en lo mas inmediato encontramos el estallido de la crisis del 2014 en la región de Lugansk y Donetsk que provocó un enfrentamiento de las fuerzas autonomistas con el ejército ucraniano. Con los auspicios de Francia y Alemania, Kiev y Moscú suscribieron los llamados Acuerdos de Minsk que establecían un proceso de distensión el cual preveía la descentralización y la autonomía de las regiones en conflicto. Será tema de la historia explicar porque no funcionaron pero es evidente que un punto irreconciliable fue el de la ampliación de la OTAN hacia el este. Con palabras que hoy resuenan fuertes y premonitorias, el presidente Macron afirmaba que “la solución en Ucrania debe ser exclusivamente política y los Acuerdos de Minsk deben ser la base para esa solución”.

En 1993 se firmaron los Acuerdos de Oslo, entre el líder de la Organización para la Liberación de Palestina, Yasser Arafat, y el líder israelí Shimon Pérez, bajo el auspicio del presidente Bill Clinton. Dichos Acuerdos preveían un proceso de paz que posibilito la creación de la Autoridad Nacional Palestina, con un autogobierno palestino en los territorios de Cisjordania y la Franja de Gaza.

Poco a poco el impulso se fue ralentizando, con la instalación de colonos israelíes en territorio cisjordano. En Gaza se fortaleció Hamas -con apoyo de sectores extremistas israelíes que buscaban debilitar a la OLP- que terminó por apoderarse del control de la Franja creándose un proto Estado radical y religioso. Digamos en síntesis que los Acuerdos de Oslo fracasaron en gran medida por la consolidación de una oposición nacionalista religiosa en ambos lados.

Hoy, tanto la guerra en Ucrania como en Gaza demuestran las falencias de un organismo multilateral capaz de supervisar la paz. En otras palabras, el Consejo de Seguridad de la ONU funciona cuando las cinco potencias con derecho a veto construyen un consenso. Cuando el interés de una de ellas está en juego puede bloquear decisiones.

Lo anterior es demostración de otro tema colindante: la recomposición del orden mundial post guerra fría. Otros autores prefieren decir que el orden unipolar (la supremacía de EEUU) que se estableció luego de la caída del muro de Berlín, ya no está vigente por la emergencia de una nueva realidad estratégica y económica, especialmente por el crecimiento de China. Lo cierto es que la ausencia (o debilidad) de un mecanismo político diplomático de solución de conflictos deja abierta la puerta para la alternativa de la fuerza. Por eso, todo conflicto hoy en día tiene un componente interno o bilateral, pero también se alimenta de esta fase de transición en materia del Orden Mundial.

Asumir la realidad es un elemento imprescindible para poder solucionar conflictos, el idealismo -como el fin de la historia y de los conflictos- debiera aprender una vez más de la dolorosa lección que enseñan las estepas y el Medio Oriente. Para los países que no somos potencia (o sea que no tenemos portaaviones ni arma nuclear) lo mejor es fortalecer el multilateralismo. Ello requiere de diplomacias proactivas y pragmáticas que fortalezcan todas las iniciativas para la paz. Posturas moralizantes o ideologizadas no sólo no sirven, sino que muchas veces conducen al efecto contrario.

Gabriel Gaspar Tapia
Gabriel Gaspar Tapiahttps://www.pagina19.cl
Cientista Político, ex embajador de Chile y ex subsecretario

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